sábado, 28 de junio de 2014

Rincón literario: "Julio César", de W. Shakespeare

Shakespeare, o quién tras éste nombre se escondiera, no es en vano uno de los grandes dramaturgos de la historia (sólo comparable a los trágicos griegos), ya que ahonda en la psicología de los personajes de un modo extremadamente moderno. Digna mención de ello en este drama, es el enfrentamiento verbal entre dos amigos, Casio y Bruto, que exponen sus mutuos agravios con una posterior reconciliación. Mostrando cómo afloran las tensiones en los momentos más ásperos de la vida y cómo éstas influyen en el carácter de los seres humanos.


El drama de Shakespeare recrea el último día de vida de Julio César, y los sucesos posteriores, con la derrota de Casio y Bruto ante el ejército de Marco Antonio y César Octavio. Hay ciertas licencias literarias, pero ante todo un ennoblecimiento de la figura de Bruto, como engañado por las astucias del resto de ambiciosos que querían la muerte de Julio César. Quevedo también elogiaba a Bruto, a quien la historia ha martirizado en exceso por participar en el asesinato de César, su padre adoptivo, descontextualizando los sucesos. Como siempre las obras de Shakespeare, son de una lectura ambigua; he ahí una de sus claves de pervivencia a través de los tiempos, pues nunca está claro quién tiene la razón y quién no; sino que expone las razones de cada bando, dejando abierta la interpretación al lector o espectador.



Muchos son los matices en la producción shakesperiana. Uno muy interesante para mí, el uso que siempre hace de sombras y espíritus que desde el más allá claman venganza por una afrenta: Hamlet y Macbeth son el más claro ejemplo. Y el drama que mencionamos lo tiene en la tienda del campamento de guerra del bando de Bruto y Casio.

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