sábado, 28 de junio de 2014

Psi: No engullir al autor y sus ideas

Justo hay libros que por alguna razón son leídos ávidamente en la adolescencia o temprana juventud. Libros que a mi parecer no se pueden aprehender en su sentido más hondo, apenas soslayarlos. 


Ésa es una edad de búsqueda de identidad, de respuestas, cuando quizá lo más loable es hallar infinitas maneras de hacernos diferentes preguntas y vislumbrar de distintos modos aquello que tanto nos afecta. 



Soy de la opinión de que algunos autores loados por su caracter trasgresor conectan con esa ansía de descubrimiento, pero que por desgracia se traga, se introyecta su pensamiento y sus palabras sin una auténtica identificación personal; casi se forja una cualidad ideal, que es bandera, pero no propia sino temporal, casi de circunstancia orteguiana. Porque para destruir primero hay que construir, para modificar primero formar. Sentirse deslumbrado es un sentimiento casi mágico, pero tras la ceguera todo torna al color natural del entendimiento, so pena de seguir alucinado y sonar hueco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario