sábado, 23 de agosto de 2014

El duende

El duende es un sentimiento que te invade cuando estás cantando o bailando, así lo afirman los artistas flamencos. No es algo que se aprenda, se posee o no. Es una fuerza que te evade y te hace conectar con el torrente interior humano, casi un éxtasis que hace entrar en catarsis a todo el auditorio. No es tan importante las cualidades técnicas, pues se puede ser muy técnico y transmitir tibieza, el duende es lo vivo.

Lorca supo captar en sus obras este genio universal, andaluz por ser de su tierra pero que hundía sus raíces en la noche inmemorial de la humanidad.

Eran los cantos mistéricos de la cultura mediterránea, la minóica para ser concretos, la que floreció en Creta 1.500 años antes de nuestra era. Y que tuvo contacto con la turdedana, con la mítica Tartessos, consideraba por muchos la ciudad más antigua de Occidente. En los mitos griegos se ven esa amalgama, ese intercambio cultura que hubo entre ambos lados del Mediterráneo. Hércules mata a Gerión para robarle los toros, y la zona del Guadalquivir es descrita en la antigüedad por sus ingentes cantidades de ganado bobino en libertad.

El duende conecta con los ritos a Dionisios, en el éxtasis de las bacantes, y el triste sacrificio del toro, que todavía sigue trasplantado en nuestra tierra, como antiquísimo vestigio ancestral.

viernes, 22 de agosto de 2014

Etimología del nombre de nuestros hijos/as

Le ponemos el nombre a nuestros hijos, como si nos pertenecieran, con la importancia etimológica y cultural que el nombre conlleva. De algún modo somos desde que nacen sus custodios, sus dioses lares en la tierra, y llevan nuestra impronta, costumbres y hábitos más que les pese, al igual que nosotros los de sus ancestros, durante toda la vida o buena parte de ella.

sábado, 2 de agosto de 2014

La W. Esa letra.


La W es la letra más extranjera de nuestro idioma, se asevera. Y no hace falta más que echarle un vistazo al diccionario para ver la poca cantidad de palabras que la contienen como inicial. 

¿De dónde surgió esta letra? Por sorprendente que nos pueda parecer de los romanos; al estar en contacto con pueblos del norte de África y con las tribus germanas, intentaron crear una nueva grafía (vv ó uu) para identificar ese sonido que no existía en latín y así expresar bien dicho fonema. Por lo que nos encontramos múltiples textos de la Edad Media donde en lugar de W nos hallamos VV, que como bien su nombre indica es: uve doble.

Los problemas no acaban ahí. La W es la letra que más dudas causa en castellano a la hora de ser pronunciada. La regla dice, si es palabra de procedencia germana, se pronunciará como /b/; si es de origen inglés /gu/ o /u/. Por desgracia esto lleva a malentendidos como decir water en vez de váter: como le sucedió a un director de orquesta, que en vez de tocar The Water Music de F.G. Häendel; dijo que interpretarían "De váter miusic". En lo restante de la entrevista se conformó con decir "Música acuática", que es como conocemos dicha pieza en castellano.

Tampoco se pronunció siempre así: mientras algunos ilustrados preferían un sonido al más puro estilo alemán "Fágner" al final se impuso el de "Bágner" actual. Valga decir que lo de pronunciar como v también es una falacia; en castellano v y b, son ambas fonema /b/. El valor fricativo de la v (que sí conserva el valenciano o el francés) es toda una ficción en nuestro idioma.

Por lo demás ante la internacionalización de la lengua inglesa, el uso de múltiples palabras con W, hace que pensar en suprimirla por innecesaria, sea toda una desventaja comunicativa. Ya que Word y Gor, o Windows y Güindous, dejan mucho que desear en su cambio. En otras lenguas como el catalán o el francés, sí han hecho transcripciones, con resultados un tanto confusos a la hora de comercializar dichos productos. Ya que aquí la W es un símbolo de la lengua tecnológica imperante: el inglés.

Hasta aquí la letra de hoy.

El "La,la,la" y su peculiar historia.


1968, único Festival de Eurovisión que ganó España. Ese año es recordado por muchos motivos, como el mayo francés, imposible de postergar. A nivel musical, ha sido el único en que España ha ganado el festival de Eurovisión en solitario, ya que en el 69 hubo un insólito cuádruple empate, siendo el segundo y último festival eurovisivo ganado.
La cuestión que el mérito fue todo para Massiel, pero detrás hay una muy larga historia, sin la cual, ese año tampoco hubiera ganado España el festival.
El festival de Eurovisión fue una idea comercial, para dar a conocer a través de las ondas televisivas a nuevos/as artistas, dado el éxito de los incipientes festivales de la canción, como el de San Remo en Italia. En una época donde no había tanta facilidad de difusión, y la TV constituía todo un hito.
Mientras que para el resto de Europa era sin más un concurso para promocionar a sus artistas, para España se convirtió en una cuestión casi de estado.
El festival comenzó en 1956, y la primera participación de España fue en 1961. De ese año al 66 no quedar último y conseguir algún punto ya era una hazaña. Se intentó con el "flamenco-pop-canción española" por ponerle algún nombre de Conchita Bautista (muchas de sus canciones las hizo luego famosas Marisol); con artistas consagrados y "serios" como José Guardiola (no, éste no jugaba al fútbol ni era padre de Pep); con grupos juveniles, los TNT en la más pura onda yé-yé, cuya anécdota fue cómo después de su actuación, un grupo de activistas exhibieron pancartas contra el Régimen Franquista, y cómo al ser emitido en directo todo el mundo lo pudo ver. Sólo en 1966 y 1967 con las actuaciones de Raphael escalamos algunos puestos hasta alcanzar un digno 6º lugar. Para muchos que no ganara Raphael fue política. Entonces manos a la obra.
En 1968 había que ganar, se buscó un representante musical para ganarse con diplomacia el voto para España en la presentación de la canción en las emisoras extranjeras. Y se hizo un buen lanzamiento promocional de la canción. ¿Qué canción fue? Todo el mundo lo sabe el "La, la, la". Pero hubieron más candidatas para ello.
Un artista en auge en aquellos momentos Joan Manuel Serrat, fue mirado como posible participante, inclusive con su canción "El titiritero", que era su primera canción grabada en castellano ese mismo año. Por tanto era un representante ideal. El tema escogido fue una composición del Dúo Dinámico, "La, la, la". Tanto Serrat como ellos grababan para el mismo sello discográfico en aquel entonces: Novola. Manolo y Ramón le dijeron a Serrat que podía cambiar la letra si quería, pero que respetara el estribillo, pues les parecía lo más logrado del tema. Y así fue, Serrat hizo las acostumbradas grabaciones del tema en varios idiomas para su promoción: francés, inglés, italiano y catalán donde sí cambió la letra a su gusto.
Incluso se fueron hasta Alemania en busca del afanado compositor Bert Kaempfer para que hiciera unos arreglos de orquesta al tema. Arreglos que no sirvieron para nada, puesto que al tener contratos con diferentes casas discográficas, no los pudieron añadir. La prensa se quejó, y con razón, de aquel despilfarro de ¡500.000 pesetas de la época!, para nada.
Todo iba viento en popa, o aparentemente. En Cataluña no llevaban nada bien que el paladín de la "Cançó Catalana" uno de los "Setze jutges" representara a España cantando en castellano, cuando ellos lo que defendían era la divulgación del catalán como lengua vernácula, negándose a grabar en castellano. Raimon y Pi de la Serra, rompieron su contrato con el sello Edigsa (donde Serrat grababa en catalán) y le acusaron de traidor. Joan Manuel argumentaba que su madre era aragonesa y por tanto él era hijo de ambas lenguas.
La cuestión fue que a falta de 15 días para el festival, Serrat dijo que o cantaba en catalán o no cantaba. Aquello fue de órdago. El entonces ministro Fraga, ni corto ni perezoso vetó toda radiación de cualquier disco de Serrat; el futuro de la nueva estrella era realmente muy incierto.
Se pensó en todo, incluso se les dijo al Dúo Dinámico (que en aquel entonces se llamaban artísticamente Manolo y Ramón) que estuvieran preparados, por si no encontraban a nadie, pues ellos serían los intérpretes. (¿Os lo imagináis?).
Se encontró a una jonvencísima artista, que estaba de gira por México y a la cual se trajo en un plis plas, era Massiel. El resto ya es sabido. Llegó, vio y venció.
Pero francamente sin todo el trabajo anterior de las promociones de Serrat y aquella diplomacia, probablemente hubiera sido un festival más.
Serrat fue considerado un héroe por algunos y un villano por otros desde aquel día. Desde luego se jugó el todo por el todo, podía haber arruinado su carrera musical, al menos en España. Pero al final logró volver del exilio italiano en el que estuvo, levantar el veto y grabar discos de la calidad de: "Antonio Machado Poeta", "Mediterráneo", "Mi niñez", etc etc, en castellano; y maravillas en catalán como: "Com ho fa el vent", "Per al meu amic", etc etc. Gracias a los cuales es el gran artista que hoy conocemos.
El tema "La, la, la" en la versión de Serrat hoy día es casi imposible encontrarlo en cd. Como anécdota a Manolo y Ramón siempre les gustó más la versión de Serrat que no la de Massiel, ante lo que la madre de ella los acusó de "malos compositores y peores personas".
Aquí los vídeos promocionales del tema en castellano, y con una calidad ínfima en catalán.
También la versión que los propios autores hicieron del tema:
https://www.youtube.com/watch?v=ygI_5G7dt-U

lunes, 7 de julio de 2014

Rincón literario: "De profundis", de Oscar Wilde.

"Negar nuestras vivencias equivale a poner una mentira en los labios de nuestra propia vida." Oscar Wilde.

Oscar Wilde (1854-1900). Si tuviera que lanzar la vista atrás, Wilde sería lo que Petronio Arbiter en la corte de Nerón, todo un árbitro de la elegancia de su tiempo. "La estética es superior a la moral". Fue todo un esteta, agudo crítico literario y sobre cuestiones de arte. Sus frases siempre son recordadas por su fina ironía cargada de una gran dosis de psicología innata. "La mayoría de la gente son otros. Sus ideas son las opiniones ajenas, su vida una imitación, sus pasiones una cita", o "El arte empieza donde termina la imitación", "La vida artística es mero desarrollo de uno mismo", etc. 

Todo un icono de finales del siglo XIX. De Profundis es su último "escrito". En realidad se trata de una carta, una larga carta, al modo de las antiguas epístolas literarias. Escrita a Alfred Douglas, quien fuera su amante y amigo. Pero volvamos un poco más hacia atrás.

Wilde fue un mordaz crítico de la sociedad de su tiempo. Su éxito se lo debió sobre todo a sus obras dramáticas: El abanico de Lady Windermere, Salomé o su último éxito La importancia de llamarse Ernesto. También es recordado por su única novela El retrato (o cuadro) de Dorian Gray y por una serie de cuentos de desigual fortuna. Pero ante todo Wilde era el crítico literario, el fomentador de una nueva concepción de la estética: el esteticismo; siendo sus obras ejercicios prácticos que ponían de relieve estas ideas. De ahí que sus ensayos sean todavía leídos con frescura e interés. Los cuales reunió bajo títulos como Intenciones, por citar el más famoso. 

En 1895 Wilde estaba en la cumbre de su fama, año del estreno de su obra La importancia de llamarse Ernesto. Aclamado por público y crítica. Sin embargo ese año inicia el fin de su carrera artística. Su caía al vacío desde las alturas.

Instado por Alfred Douglas, interpone una demanda por difamaciones contra el padre de éste el marqués de Queensberry. Wilde no dispone de suficiente dinero para hacer frente al cargo de las costas del juicio, pero accede ante la promesa de su amigo, de que su propia familia le apoyaría económicamente. Wilde pierde el juicio, y es condenado a trabajos forzados en la cárcel durante 2 años. Pero aquí no acaba su tragedia. Al poco tiempo de ser ingresado en la cárcel es llamado para un juicio donde se le declara insolvente, y por tanto en bancarrota. Todas sus pertenencias pasan a subasta pública, siendo especialmente doloroso para él la pérdida de toda su biblioteca. La cual poseía obras dedicadas personalmente por los principales genios literarios del momento, tales como: Mallarmé, Verlaine o Gidé, por citar algunos. Fallece su madre al año siguiente, que "murió, herida en lo más hondo de su corazón, porque el hijo, de cuyo genio y arte se había enorgullecido tanto, y al cual consideró siempre como un digno sucesor de un nombre distinguido, fue condenado a trabajos forzados por dos años". Y para más inri debido al embargo, se le retiraron todos sus derechos de autor, y por tanto la posibilidad de poder publicar nada bajo su nombre hasta que no saldara la cuenta con sus acreedores. No es necesario decir que su "amigo" nunca le ayudó económicamente. 

De profundis son las últimas reflexiones escritas de un genio literario, que nos habla abiertamente de su dolor, de sus ideas estéticas y de las nuevas vías que la vida le abre ante tanta pérdida. Es una carta amarga, en donde se queja, culpa y se culpa, a Alfred Douglas, por su ingratitud hacia él, y por haberle/haberse dejado destruir su vida artística, al convertirse en un juguete de sus caprichos. Páginas autobiográficas la mayor parte, pero con destellos del mejor Wilde sobre todo cuando habla sorprendentemente de la figura de Cristo, y de cómo él entiende la belleza que tal personaje inscribió con su vida. Análisis muy sugerente y personal desde su enfoque esteticista, "quién quiera llevar una vida cristiana habrá de ser él mismo".

Esta obra nunca fue concebida para ser publicada, es una larga carta personal. Tras su salida de la cárcel publicó el poema La balada de la cárcel de Reading (1898) que había escrito durante su estancia en dicha prisión, bajo seudónimo. Ese mismo año falleció su mujer. Siguiéndole él dos años después en París debido a una meningitis.

Hoy día su figura comienza a ser rehabilitada tras su deshonra pública, para la intransigente moral de su tiempo, resaltando justamente sus ideas y el valor de su obra creativa. 

Tras su salida de la cárcel nunca más volvió a Inglaterra. Siendo enterrado en el cementerio de Père Lachaise, donde se puede visitar su tumba.




domingo, 6 de julio de 2014

"Flores del alba"

Ya a la venta mi primer poemario Flores del alba. Será mi inicio en este complejo mundo de las ediciones literarias. Te animo a guardar tu ejemplar, pues la tirada será limitada.

Os copio la sinopsis que irá en la parte posterior del libro:


Flores del alba es un compendio de poemas que nacen de la experiencia propia de su autor. Cada uno es una flor que despunta a la vida pública, con sus múltiples pétalos en forma de verso para dialogar con el lector/a.

En él hay cuatro partes diferenciadas: ternura, esperanza, amor y tiempo. Como cuatro posibilidades de los múltiples aspectos que nos brinda la existencia.


Aunque hay un sentido personal en estas flores: el poema una vez hecho, cobra entidad propia. Es una conversación conmigo su autor, contigo mismo/a y con el poema. Es la magia de la poesía, que sugiere e invita a que pongas tu parte en su lectura. Y te dejes contactar por ella.

La obra está a la venta por el precio de 8 euros. El modo de conseguirlos es contactando con el autor. Se aceptan envíos por correo postal a nivel nacional, con el incremento de 2 euros por gastos de envío.

Aquí el booktrailer:
https://www.youtube.com/watch?v=WxQ0AmTIsGU&feature=youtu.be

Y la página de Amazon:
http://www.amazon.com/Flores-del-alba-Spanish-Edition/dp/8490765928

domingo, 29 de junio de 2014

Rincón literario: Duque de Rivas."Don Álvaro o la fuerza del sino"


En Córdoba la llana entre sus calles empedradas, en dirección hacia la zona amurallada, si no recuerdo mal. Se halla la casa-palacete del que fuera un día Ángel Saavedra, duque de Rivas. Sus verjas negras, a canto cerradas, me impidieron el paso, y contentarme hube con verla desde fuera. Ahí residió otra de tantas insignes plumas de ingenio que esta ilustre ciudad ha dado.

Ángel Saavedra, fue un diplomático de vida activa. Participó en las Guerras contra las tropas napoleónicas; celebrando la constitución de 1812. Se tuvo que exiliar dos veces de España por motivos políticos. Fue embajador de Napoles en el difícil periodo de las revueltas de 1848, teniendo entre sus funcionarios al después famoso escritor Juan Valera. También fue embajador en París. E incluso durante algo menos de 48 horas presidente del gobierno de España tras una revuelta.

En el mundo de las letras, es recordado por este drama y por un conjunto de composiciones poéticas basadas en leyendas históricas, que recuerdan a lo mejor de nuestro Romancero.

Don Álvaro es la culminación del Romanticismo en el teatro español. Obra en verso y prosa, narra la fatal historia de su personaje principal. Un gran logro es la caracterización de las escenas costumbristas, de muy viva imagen y color. La trama se va encabalgando en los hechos hasta llegar al fatídico y sorprendente final.

Verdi que ya se había basado en otra obra española (El trovador, de García Gutiérrez) para una de sus óperas, escogió la presente para componer La fuerza del destino. De la cual, por parecerle muy tétrico el final, decidió edulcorarlo haciendo alguna variación para que no dejara con tan mal sabor de boca a los espectadores.

Se puede decir, que de toda la producción teatral romántica del s. XIX español sólo hoy dos obras perviven: Don Juan Tenorio, de Zorrilla, y en menor medida Don Álvaro y la fuerza del sino, de Rivas. El resto son nombres con escasa representación.

"Traductor, traidor"

Sin esta bella profesión de la traducción, para la inmensa mayoría de los lectores/as quedaría vetada la literatura escrita en otras lenguas. Mas, ¡cuánta diferencia va a veces de una traducción a otra! Casi parecen obras distintas. E incluso dado un límite de peculiar interés, el leer una misma obra en varias traducciones, todo un ejercicio de reflexión lingüística. 


Normalmente, a no ser que uno/a sea muy escrupuloso no tiende a fijarse en quién está detrás de ese vertido a la lengua materna, y suele dar por válido lo que hay escrito, trasladándose sin problemas a Francia, Alemania, Rusia o el lejano Oriente. Cuanto mejor es el papel del traductor/a y su filtro es más preciso, no suelen haber muchas estridencias. Pero ¡ah, cuando no sucede así! Lo que es un vertido, pasa a ser lo que su doble sentido nos permite en castellano: basura.

Cuando se lee mismo una obra de algún gran autor/a de alguna época pasada. El cuidado con trasladar la lengua propia de aquel entonces, con sus modismos y giros, conservando en su medida ese sabor clásico, es todo un reto. Desde luego los cánones de traducción actuales hacen su aparición. Y como bien es sabido, toda traducción envejece; las buenas aguantan el paso del tiempo con dignidad, las atrapadas en su época se enmohecen sin misericordia.

Anacronismos como decir España y no Hispania en una obra de Tito Livio. Castellanización de los nombres, Oliverio, en vez de Oliver, aunque esto a veces se sigue haciendo con nombres menos impactantes. Uso de expresiones ya desfasadas, que por ser un vertido de lengua a lengua, dejan en jaque muchas veces al traductor/a (hoy día se suele poner la expresión en la lengua original, y la explicación de la solución adoptada). Construcciones léxicas que ya no son actuales, y que al lector le hacen preguntarse, ¿hablaría así el original?, etc. Por no mencionar la censura de épocas pasadas que sobre algún pasaje se cierne, bien para adulterarlo, bien para directamente suprimirlo. O títulos mal traducidos, pero que han cogido tanta raigambre que cambiarlos es todo un riesgo editorial: la transformación (metamorfosis) de Kafka, o la Politeia (República) de Platón, por citar dos ejemplos relevantes.

Sobre lo hablado, me viene a la mente la traducción que Rafael Cansinos Assens hizo de la obra de Dostoyevski, primera directa del ruso al castellano. En ella la frase florida y discurrente, propia del autor ruso, se ve empañada con algún giro inesperado, más propio de otro momento histórico. Son los díjole, preguntome, etc., que en obras más antiguas podrían tener su aquel, pero que en Dostoyevski producen un efecto extraño. Estas partículas léxicas denotan con claridad la época del traductor, y no tanto la probable forma de entenderse (tal y como sería vertido en castellano) del original ruso.

Muchas reediciones de obras de este calado se producen las más de las veces con un lavado de imagen, pero con traducciones añejas. En la editorial Debolsillo podéis encontrar la traducción de Cansinos Assens en Crimen y Castigo, y no os sorprenderá ver todavía por ahí la primera traducción de Los Miserables por Nemesio Fernández Cuesta (os recomiendo la de Gallego, en Alianza). Dichas traducciones, loables, lo mejor en su momento, adolecen hoy día de una actualización; si bien como ya he dicho, algunas conservan un tono nostálgico que por ello las hacen más válidas, por estar cercanas a su autor original; mientras que otras quedan ampliamente deslustradas por estar más ancladas en los modismos y expresiones del traductor.

Bueno, tras este pequeño comentario, espero que ahora cuando vayas a agenciarte una obra, te molestes al menos en saber quién es el/la causante de que estés leyendo lo que tienes entre manos.

¿Rollo o rosquilla?

Nuevas curiosidades del habla.

Normalmente cuando hablamos ya sabemos el valor semántico de lo que queremos decir al expresar una locución, expresión o frase hecha. Pero muchas de ellas las interiorizamos tanto que en realidad ignoramos su origen y caen en las múltiples deformaciones que hacen irreconocible el porqué del dicho.


Ejemplos:

"Tal y Pascual". Seguramente Pascual pinte poco aquí, lo correcto es "tal y más cual", pero eso no termina de sonar bien y un nombre viene a socorrer el dicho.

"Salirse de madre". La madre no es la que nos parió, sino todo aquel canal, caballón o margen por donde discurre el agua, que al superar la capacidad de éste lo desborda, complicando el regadío. De ahí que salirse de madre, sea algo incorrecto o inapropiado.

Luego hay palabras que por nuestra riqueza léxica pensamos que se dicen en todas partes por no ser tan variopintas como otras que sabemos que son del terruño. Valga para los alicantinos la palabra "royo" como dulce de repostería. Bien, quitando nuestra zona alicantino-murciana-albaceteña se les llama "rosquillas". De ahí lo de Roscón de Reyes, cuando nosotros bien podríamos llamarle entonces "Rollo de Reyes" o quien sabe si "Rollón de Reyes" ya puestos. Pero perdería todo el encanto, porque la fuerza de la costumbre manda en el oído con sus imbricadas implicaciones de significado.


La virgulilla que levita sobre la "n"

La Ñ emblema del español. 


Como bien se sabe, en latín este sonido no existía, sino que constituye el salto a las lenguas romances. Grafías tales como gn, ny, nn o nh, hacían las veces de dicho sonido en el latín medieval. Algunos idiomas como el catalán adoptaron la ny, o el portugués la nh. En castellano se usaba la nn, que se sustituiría con una rayita encima de la n para significar que eran dos. Esto lo realizaron los copistas de la corte de Alfonso X "El Sabio". Cobrando carta de entrada en el abecedario a partir de Nebrija y su Grámatica de 1492, que la colocaba a la misma altura que el resto.

Las ricas azufaifas

Curiosamente en la obra mencionada de "La venganza de don Mendo", una de las moras bailarinas que acompañan a don Mendo, que finge ser un trovador, se llama Azufaifa. En la nota aclaratoria no indicada nada más allá de: fruto del azufaifo.

Lleno de curiosidad y de ignorancia, me acerco a Internet (porque una imagen vale más que mil palabras), y al verlo me digo: "¡esto es un jinjolero!".  Pero como mi zona es una rica mezcla de sustratos lingüísticos, indago y veo que en catalán el azufaifo es el ginjoler. Del que deriva obviamente el nombre jinjolero. Árbol que da jinjoles, no azufaifas, en este curioso terruño que habito.

No obstante, puede que te suene igual de extraño azufaifo que jinjolero. Ambos nombres son aceptados por la RAE. Aunque al buscar jinjolero el diccionario te remita escuetamente al primero.




Rincón literario: "La venganza de don Mendo", de Muñoz Seca

Hace ya tiempo que vengo dando la tabarra con Pedro Muñoz Seca, pues hoy le dedicaré un espacio al curioso/a que desee saber algo más sobre su persona. 


A inicios del siglo pasado (el XX se sobreentiende), era habitual entre las tablas del teatro acudir a comedias simplonas las más de las veces y otras de escaso interés cultural; mientras pasaban de puntillas, si acaso llegaban a estrenarse, aquellas que hoy la crítica tiene consideradas como lo más. Una fácil analogía la encontramos actualmente con el cine, donde abundan "españoladas" y "americanadas" como lo más surtido de la cartelera. Bien, a inicios del pasado siglo no era tan habitual ver obras extranjeras del momento, que algunas habían, y como siempre teníamos por un lado la comedia, y por otro las llamadas obras serias; aunque al respetable lo que más le gustase fueran las "Revistas de varietés".

Muñoz Seca se puede decir con toda seguridad que fue el autor más aplaudido, el preferido del público, durante algo más de una década. Hoy suele ser un gran olvidado. Lo cual no es de extrañar. Él mismo afirmaba que prefería ganar dinero para que sus hijos se pasearan en coches de lujo por Madrid, a escribir obras de calidad y que sus hijos no tuvieran más que una estatua en su honor a la que dar vueltas. El lado opuesto lo ocupó Valle-Inclán, que dio su vida por el arte, aún viviendo en la más sencilla miseria. Por cierto que dicho autor siempre alabó la gracia e ingenio de Muñoz Seca.

Su obra más famosa hoy día, la que ha pervivido con mejor fortuna es La venganza de don Mendo (1918). Caricatura de tragedia como consta en su frontispicio. Es una disparada comedia que pone en solfa a todo el género de dramas históricos, con juegos de palabras a cada instante y situaciones ridículas a cada paso, donde la muerte más que causar espanto causa la carcajada por lo insensato de la misma. Parodia momentos que recuerdan al Tenorio, a Los amantes de Teruel, al Don Álvaro de Rivas, etc. Mezcla cancioncillas del momento, como "El relicario". Y demuestra tal manejo con el verso, que algún crítico echó en lástima que no hubiere escrito un drama en vez de una parodia. Si bien algunos ripios dejan constancia que lo que antes hacía gracia ya no lo hace tanto, no se puede negar el ingenio que derrocha. Constante alusión a la honra y los cuernos, con un Duque de Toro que hace honor a su apellido, con unos primos de Pravia que recuerdan al jabón, con una mora que sale de la zarza y unas judías que se repiten cuando bailan, etc. Al cine la llevó en una magnífica adaptación Fernán Gómez, y en teatro es célebre también la versión que hizo el actor Vicente Aleixandre.



Muñoz Seca era de ideas conservadoras, calificado de frívolo, pero no dejaba títere con cabeza en sus obras. Al estallar la Guerra Civil fue preso por los anarcosindicalistas en Barcelona, acusado de monárquico y católico por sus constantes parodias sobre la República. Murió fusilado a los pocos días en 1936, sin perder un ápice de su sentido del humor, pues éstas fueron sus últimas palabras antes de morir a los soldados: «Podéis quitarme la hacienda, mis tierras, mi riqueza, incluso podéis quitarme, como vais a hacer, la vida, pero hay una cosa que no me podéis quitar… y es el miedo que tengo».

Una muerte trágica de un autor fecundo, que hoy pocos recuerdan. El premio nobel Jacinto Benavente habló así de su muerte: «A Muñoz Seca no lo mató la barbarie, lo mató la envidia. La envidia sabe encontrar sus cómplices».

Mi pequeño granito de arena para recordar a este autor, cuyo mejor recuerdo es leer o visionar alguna de sus obras.

sábado, 28 de junio de 2014

Rincón literario: Valle-Inclán

Ramón José Simón Valle-Inclán y Peña, lo de Ramón María se lo incluyó él y también en vez de Peña, Montenegro (todo artista tiene derecho a reinventar hasta su propio nombre). Nació en Vilanova de Arousa (1866), pueblecito de Pontevedra (Galicia). Y fallece en Santiago de Compostela (1936), como él vaticinó, el 6 de enero: "¡Cuánto tarda esto!" (palabras textuales). 


Fiel representante de las tertulias madrileñas de principios del siglo anterior. La última que frecuentó era La Granja del Henar. Muy amigo de Ramón Gómez de la Serna que visitaba el café Pombo. Si nos vamos a tiempos más mozos compartía tertulia con personajes como Jacinto Benavente o Ricardo Baroja (hermano de Pío).



El brazo lo pierde durante una vana disputa en una de estas tertulias, al enojar a su amigo Manuel Bueno llamándole mamaracho. Mientras que éste alzaba su bastón, Valle sólo tuvo a mano una botella de agua para defenderse; con la cual roció a todo el personal al cogerla por la boquilla. En tal trance, Manuel Bueno le arreó un bastonazo con tan mala suerte, que le incrustó el gemelo de la camisa en la muñeca; por lo que hubo que amputarle el brazo al comenzar a gangrenarle a los pocos días. 



Cultiva la novela, la poesía tímidamente y el drama. En su primera época destaca su prosa, pero será recordado como dramaturgo al inventar la figura del esperpento.



El esperpento es una deformación grotesca de la realidad. En Luces de Bohemia (1920), obra iniciadora, Max Estrella al ver su imagen deformada en los espejos cóncavos de la Calle del Gato, hace mención por vez primera a esta palabra. Hay un humor macabro, irónico y cáustico en este estilo tan valleinclanesco. Se estrenará en las tablas en 1970, dada la dificultad estética que suponía y sus ideas en exceso adelantadas al teatro de su época. Fiel siempre a su bohemne, Valle no quiso claudicar con obras chabacanas y mantuvo fiel su ideal de literatura pura hasta el final.



Novelas: El ruedo ibérico, Tirano Banderas, Las sonatas del marques de Bradomín, Feminas, Opera Omnia, etc.

Dramas: Luces de Bohemia, Martes de CarnavalLos cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán, etc.


Un hombre que vivió sobretodo de tertulias, en la penuria más increíble para alguien de su talla; que jamás se arrugó ante los convencionalismos y defendió su ideal artístico. De ahí que fuera un loco genial, en la acepción más quijotesca. Y como cualquier hombre de genuina convicción, al igual que don Quijote, causaba espasmo y excentricidad: con esas barbas longevas, su manquedad, su delgada figura y sus quevedos ocultando una mirada escrutadora de la realidad. Todo un personaje. Aunque como diría Benavente "creo que era un tímido en el fondo. Todas sus baladronadas, todas sus valentías eran una superposición a su verdadero carácter. Yo creo que lo hacía para darse mayores ánimos, así como quien canta para olvidar penas. Timidez que no obsta a otras dos prendas de su temperamento: la valentía y la firmeza: todo un carácter."


Todo un hito de las letras castellanas. Para un acercamiento a la atmósfera literaria en la que se movió, recomiendo la biografía que le hiciera, el no menos genial autor Gómez de la Serna, que también era su amigo.

Rincón literario: "The Clockwork Orange"

Al leer el título, lo primero que viene a la mente es la versión filmatográfica (1971) de S. Kubrick, pero dicha historia está basada en la novela homónima de A. Burghes (1962). 


Probablemente la novela hubiera sido enterrada por el paso del tiempo, si no fuera por la genial adaptación al celuloide. En mi opinión la estética que Kubrick plasma en la cinta hace que la obra sea mucho más sugerente y cruda, siendo éste (bajo mi punto de vista), uno de esos raros casos en los que el cine le gana la partida a la literatura. 



Por curiosidad, la película acaba cuando Álex (el personaje principal) está "curado" y puede volver a sus andanzas. La novela, no acaba ahí. Todavía resta un capítulo más, donde el personaje madura, y sirve de punto de inflexión para su cambio de conducta. Siendo algo intrínseco, y no por causas exteriores (drogas y condicionamiento operante), por lo que sale la verdadera vena humana del personaje. 



Si eres fan de la película, te recomiendo leer el último capítulo de la obra de Burghes. Te lo propongo como un final alternativo, y ya eliges con cuál te quedas.

Psi: No engullir al autor y sus ideas

Justo hay libros que por alguna razón son leídos ávidamente en la adolescencia o temprana juventud. Libros que a mi parecer no se pueden aprehender en su sentido más hondo, apenas soslayarlos. 


Ésa es una edad de búsqueda de identidad, de respuestas, cuando quizá lo más loable es hallar infinitas maneras de hacernos diferentes preguntas y vislumbrar de distintos modos aquello que tanto nos afecta. 



Soy de la opinión de que algunos autores loados por su caracter trasgresor conectan con esa ansía de descubrimiento, pero que por desgracia se traga, se introyecta su pensamiento y sus palabras sin una auténtica identificación personal; casi se forja una cualidad ideal, que es bandera, pero no propia sino temporal, casi de circunstancia orteguiana. Porque para destruir primero hay que construir, para modificar primero formar. Sentirse deslumbrado es un sentimiento casi mágico, pero tras la ceguera todo torna al color natural del entendimiento, so pena de seguir alucinado y sonar hueco.

De cómo los días se repartieron en cada mes

¿Te has preguntado por qué si los meses son de 30 o 31 alternativamente, por qué julio y agosto tienen 31 y febrero sólo 28? 


Pues todo se lo debemos a los romanos. Julio César creó el calendario actual (corregido después por Gregorio XIII), añadiendo dos meses: enero y febrero, para que las estaciones coincidieran cada año en los mismos meses. En su honor al mes quinto (empezaban a contar a partir de marzo, inicio de primavera) se le puso Julio. Cuando Octavio Augusto fue emperador, en su honor se le brindó el nombre del sexto, Augustum (agosto), que para que no fuera menos se le añadió un día más (31) y se le restó a febrero que entonces tenía 29 cuando no era bisiesto. Y para que los demás meses cuadraran en su alternancia, se arregló el desbarajuste moviéndole un día a cada mes: septiembre 30 en vez de 31, noviembre 31 en vez de 30 y diciembre 31 en lugar de 30.



PD: a Tiberio le propusieron nombrarle en el mes séptimo, e hizo una de las pocas cosas sensatas de su mandato, dijo que no, que "cuando ya estuvieran todos los meses marcados, ¿qué es lo que se haría?"

Espacio musical: Manolo Díaz

Como ya sabréis, Martin L. King expuso tal día como hoy (28 de agosto) en 1963 el discurso que comenzaba con la emotiva y célebre frase: "I have a dream..." Manolo Díaz en base a ese momento histórico compuso esta canción (véase el enlace), que fue el inicio de su corta pero interesante carrera de cantautor. 


Manolo Díaz fue más famoso como compositor, ya que la inmensa mayoría de los temas de los Bravos en castellano eran obra suya: "Los chicos con las chicas" o "La moto", por ejemplo. También compuso para Los Pasos, que regrabaron temas como éste, y formó el exitoso grupo de los 70 Aguaviva, con temas como "Poetas Andaluces". 



Sus composiciones en una España gris, sorprenden por sus letras de calado social y crítica encubierta, no obstante admiraba a J. Brel, y hay quien lo consideró en su auge el Brel español.



Desde aquí un emotivo recuerdo para este compositor y para personas como Luther King que han luchando por un mundo más justo e igualitario.

http://www.youtube.com/watch?v=ItXHW83fmyc

Las hazañas bélicas de Julio César

A César siempre se le recuerda por su anexión de las Galias septentrionales al Imperio, quienes hemos dado latín bien lo sabíamos Bellum Gallicum; lo que es menos sabido y mucho más notorio, es que en un año se hizo señor absoluto y laureado en Roma, con título de dictador que no llegó a agotar dado su asesinato. 

En el año 49 a.C. cruza el Rubicón con su ejército (pequeño río que separaba la Italia latina de la provincia del norte), siendo tal acontecimiento el inicio de la Guerra Civil contra Pompeyo y sus aliados (Catón el Joven). En sólo un año (48 aC.), César derrotó en Lérida (Ilerda) a las tropas españolas de Pompeyo y a Pompeyo en Farsalia (Grecia). Éste huyó a Egipto en busca de ayuda, donde fue asesinado. César fue a Egipto, vengó la muerte de Pompeyo y apoyó a Cleopatra VII para que fuera reina, en detrimento de su derrotado hermano Tolomeo XIV. Por si fuera poco, fue a la zona de la actual Turquía (el Ponto) donde derrotó en un ver y no ver una rebelión del hijo de Mitrídates, mandando a Roma la misiva con el famoso "Veni, vidi, vici". Y por último, derrotó a Catón el Joven y al rey de Numidia Juba en Útica (actual Túnez). Por tanto a su llegada a Roma (46 a.C.) se celebraron uno de los juegos más memorables de toda la antigüedad clásica, pues los triunfos eran cuádruples: Galia, Egipco, África y el Ponto. Sin contar claro, que había aplastado a sus oponentes en la Guerra Civil. 

Sentó las bases del Imperio, pero él no llegó a ser emperador. Si no hubiera sido asesinado (44 a.C.) probablemente hubiera llegado. Lo fue su sobrino-nieto Octavio; no obstante, Suetonio, historiador del s.I, encabeza su obra Vida de los 12 Césares, con su biografía.

Rincón literario: "Julio César", de W. Shakespeare

Shakespeare, o quién tras éste nombre se escondiera, no es en vano uno de los grandes dramaturgos de la historia (sólo comparable a los trágicos griegos), ya que ahonda en la psicología de los personajes de un modo extremadamente moderno. Digna mención de ello en este drama, es el enfrentamiento verbal entre dos amigos, Casio y Bruto, que exponen sus mutuos agravios con una posterior reconciliación. Mostrando cómo afloran las tensiones en los momentos más ásperos de la vida y cómo éstas influyen en el carácter de los seres humanos.


El drama de Shakespeare recrea el último día de vida de Julio César, y los sucesos posteriores, con la derrota de Casio y Bruto ante el ejército de Marco Antonio y César Octavio. Hay ciertas licencias literarias, pero ante todo un ennoblecimiento de la figura de Bruto, como engañado por las astucias del resto de ambiciosos que querían la muerte de Julio César. Quevedo también elogiaba a Bruto, a quien la historia ha martirizado en exceso por participar en el asesinato de César, su padre adoptivo, descontextualizando los sucesos. Como siempre las obras de Shakespeare, son de una lectura ambigua; he ahí una de sus claves de pervivencia a través de los tiempos, pues nunca está claro quién tiene la razón y quién no; sino que expone las razones de cada bando, dejando abierta la interpretación al lector o espectador.



Muchos son los matices en la producción shakesperiana. Uno muy interesante para mí, el uso que siempre hace de sombras y espíritus que desde el más allá claman venganza por una afrenta: Hamlet y Macbeth son el más claro ejemplo. Y el drama que mencionamos lo tiene en la tienda del campamento de guerra del bando de Bruto y Casio.

Rincón literario: "Yo, Claudio", de Robert Graves

Algunas definiciones de lo que es clásico, vienen a decir que es aquello que logra la armonía. Pues bien, esta obra es todo un clásico: aúna a la perfección la fidelidad histórica y la gracia argumentativa propia de una novela. 


Trata de la vida del emperador Claudio desde que es niño hasta que muere. Con todas las intrigas, pasiones y excentricidades que se viven en el seno de la familia Julio-Claudia, que gobernó Roma durante la primera mitad del s.I: el ansia de poder de Livia, esposa de Augusto y madre de Tibero y Germánico, con las artes que emplea para lograr sus objetivos; el valor y la nobleza Germánico (padre e hijo) y la infausta locura del nieto Calígula (el botitas), digna de una película de Tarantino; el intento de gobernar bien de Claudio, y su desengaño y dejadez; al darse cuenta de la promiscuidad de su esposa Mesalina, que trata de arrebatarle el trono y que lo maten; hasta caer en manos de la no menos sádica Agripina, madre de Nerón; quien con la ayuda de los libertos de Claudio, ansiosos de poder, logra envenenarlo. Intrigas, ambición e historia. Todo un cóctel. 



Un personaje muy logrado, es Hérodes Agripa, fiel amigo del emperador, con frases como: "nunca te fíes de nadie, ni tan siquiera de mí"; o antes de que llegara a gobernar: "cuanto más tonto parezcas más posibilidades de vida tendrás", tras la oleada de asesinatos que hubo antes de que subiera su tío Tiberio al poder. 



En 1976 se hizo una versión televisiva en Inglaterra, que arrasó en éxito. Está considerada la mejor novela histórica del siglo XX. Si os gusta la historia, os animo a su lectura, no os defraudará. Tiene una segunda parte, que es continuación de la primera El dios Claudio y su esposa Mesalina, pero vamos como el Quijote I y II, que nadie piensa en dos obras separadas, sino en una en dos tomos.

Rincón literario, G. A. Bécquer: Cuestiones de ecdótica

El invierno de 1870-71 fue el más frío de Europa en el s. XIX, una tarde del 8 de diciembre, Bécquer y su amigo Nombela volvían a casa en un ómnibus (carruaje descubierto) pese a las advertencias del último de coger un coche tapado. Ambos llegan helados y tiritando, pero Bécquer no se curaría de este enfriamiento, agravándosele de tal manera que fallecería dos semanas después. En el lecho de muerte le deja este encargo a su amigo y también poeta A. Ferrán: "Si es posible, publicad mis versos. Tengo el presentimiento que muerto seré más y mejor conocido que vivo". Proféticas palabras de quien con su poesía marcará una renovación intimista en la literatura española, siendo la fuente de la que beberían las siguientes generaciones, algo impensable en 1871, año en que se publicaron las Rimas.


Pero vayamos a los antecedentes, para hacernos una clara idea de asunto. Bécquer en vida fue conocido por su labor como redactor en diferentes periódicos, no es poca la cantidad de artículos de crítica sobre arte que publicó, y por unas narraciones en prosa, las Leyendas, que renovaban el quehacer de una temática muy apreciada en el siglo XIX. 



Luis González Bravo ministro y protector de Bécquer quería que publicara su obra poética, pidiéndole para ello el manuscrito de su obra. En 1868 tras la Revolución de la Gloriosa, ambos tuvieron que huir, y dicho manuscrito sigue perdido hasta nuestros días; se supone que se destruyó al ser saqueada la casa del ministro. Bécquer tuvo que recomponer de memoria los poemas, muchos de ellos gracias a varios amigos que en su admiración habían aprendido varias de esas rimas de memoria. Dichos poemas Bécquer los apuntó en un cuaderno al que tituló Libro de los Gorriones



Tras su fallecimiento, Campillo (amigo de la infancia del poeta) y Ferrán (ya mencionado) se dedicaron a recaudar fondos para publicar lo que serían las Rimas y Leyendas de Bécquer. La discusión entre ambos fue tremenda en lo que respecta a las Rimas. Ferrán quería respetar al máximo posible la fidelidad de su amigo, mientras que Campillo que nunca perdonó a Bécquer que abandonara un modo de hacer poesía clásico, enmendó algunos de sus versos, siendo esta la versión final que se dio a conocer. Ferrán por su parte, dio un orden a los poemas en los que se simulara un enamoramiento y desamor del poeta hacia una mujer, la hasta hace muy poco mencionada Julia Espín, quedando para la posterioridad una visión un tanto edulcorada y cursi del poeta. 

Hoy día, se suprimen los añadidos de Campillo (aunque formalmente mejoren el poema), dando una versión lo más cercana al Libro de los gorriones, que fue lo que concibió su autor. Y he aquí porqué es tan complicada la edición fiel de su obra poética, porque en el manuscrito hay rectificaciones, que no se sabe exactamente a quién corresponde, si al poeta, o los amigos del poeta. Campillo hoy día empieza a ser denostado por sus múltiples engaños en torno a la figura de Bécquer, en cambio a Ferrán se le aprecia su buen hacer, y admiración sincera hacia el vate sevillano.

Entre los amores de Bécquer, es falso que Julia Espín sea la que recibe los versos de ojos azules, pues quién así los tenía era su hermana Josefina; Julia los tenía negros. Y muchos poemas están dedicados a otras mujeres, como por ejemplo el de los ojos verdes,a quien fuera su amante toledana Alejandra, cuando tuvo que afincarse en Toledo tras el cese de su puesto como censor de novelas en Madrid. Por tanto el orden de las Rimas es ficticio, y hoy hay publicaciones directamente del Libro de los gorriones que conviven con la versión tradicional de las Rimas.

Rincón literario: "El Satiricón", de Petronio

Se la puede considerar junto con El asno de oro de Apuleyo, la primera "novela" latina, si bien el término novela nace alrededor del siglo XVI, y el de romance novelado sobre el s. XII, pero esto son formalismos. La obra ha llegado mutilada y fragmentada, trata de la historia de dos amantes homosexuales, y las mil y una aventuras y desventuras que padecen. Se supone que lo que conservamos serían los dos últimos capítulos de una obra de al menos dieciséis. 


Fellini la llevó al cine en una adaptación libre. Sobre el autor, otro enigma, Petronio Arbiter, patricio romano que frecuentaba la corte de Nerón, considerado el "árbitro de la elegancia" por su buen gusto y refinamiento en todo tipo de cuestiones estéticas, e inmortalizado en la película Quo Vadis?; siendo el personaje más atractivo en la novela original de Sienkiewicz, cuya filosofía hedonista con dejes de estoicismo, resulta más sugerente al lector actual que el mensaje de sumisión y resignación de Pablo y Pedro. Pero que no se tiene la certeza que sea en realidad el autor de esta obra. Otros autores piensan que el tal Petronio pudo vivir a finales del s. II, pero resulta más romántico pensar que se trata del mismo personaje de la corte neroniana. 



Si hay que destacar algún rasgo de la novela, es su descarnada realidad y crudeza ante los hechos más escabrosos. Es un fresco sobre las costumbres de la sociedad romana, en la Cena de Trimalción, el capítulo más famoso, se narra con todo lujo de detalles los fastuosos manjares que se podían llegar a servir en un banquete, poniendo en solfa la pedantería y mal gusto de los "nuevos ricos". El título, no obedece a sátira, sino a sátiro, pues toda ella lleva un componente sexual importante, y subyace una historia sobre los cultos a Príapo (dios de la fertilidad representado con un gran falo), que parece ser el eje de la historia, dada la maldición que sobre el personaje Encolpio parece recaer por haber ofendido al dios en alguno de los capítulos perdidos.

Rincón literario: "El estudiante de Salamanca", de Espronceda

Espronceda es uno de nuestros poetas románticos más famosos, si bien después de aparecer Bécquer todos los románticos anteriores quedan relegados a una línea más cercana a nuestro Siglo de Oro, que a las nuevas tendencias. 


El estudiante de Salamanca es un largo poema de unos 1.700 versos que cuenta la historia de Félix de Montemar, un truhán pendenciero y donjuanesco, con muchos paralelismos con la historia de don Juan Tenorio.  



El argumento es el siguiente: Félix cae herido por el hermano de Elvira, muchacha burlada por él. Éste sin saber que ha muerto en el duelo, persigue a una mujer tapada con una túnica, mientras atónito ve su propia procesión mortuoria. La mujer lo lleva a una mansión donde se presentan esqueletos y seres fantasmales, resultando ser ella Elvira. Con la piel ajada y en proceso de putrefacción lo abraza, logrado que Félix cumpla su promesa de matrimonio; quedando así amarrado a ella en esa fosa infernal al expirar su último suspiro de vida. 



Argumento muy del gusto de los románticos de inicios del s. XIX. Que se podría considerar hoy como gótica, y que en algún punto recuerda a la película La novia cadáver de Tim Burton.

Curiosidades musicales. Terpandro de Lesbos: "mi" y "si"

Terpandro de Lesbos. Poeta y músico del s. VII a. C. 

La lírica arcaica griega ha llegado muy fragmentada hasta nosotros, pero todavía queda algún pequeño destello de su grandeza. 

Terpandro tuvo la osadía y el ingenio de añadir dos cuerdas más a su cítara, hasta ese momento de 5, añadiendo dos notas nuevas, y dando lugar a la escala diatónica mayor y a los semitonos. Pues antes de él, no existían los equivalentes a "mi" y "si", cuarta y séptima nota respectivamente. Por tanto tampoco habían semitonos. Tal hazaña le llevó a juicio ante la asamblea de Esparta, no viendo con buenos ojos tal innovación, con incluso pena de cárcel. Cuando participó en un certamen junto a poetas de la talla de Sófocles o Esquilo, le obligaron a romper sus dos nuevas cuerdas, para poder participar. No, obstante, pese a no conservar ningún escrito suyo, su aportación a la música es de un valor incalculable.

"Rebolutionibus" y revolución. De la medicina a la política

Revolución es un término que proviene de la medicina y significaba "colapso violento", también era un término empleado en astronomía: la revolución era el tiempo que tardaba un planeta en su giro de traslación. 


Dicho término sólo pasó a significar lo que hoy día nos viene a la mente, a finales del s. XVII tras los distintos colapsos sociales (revoluciones) que acaecieron en Europa. Porque medicina y política siempre fueron muy unidas. Se realizaba el símil de que la sociedad era un cuerpo con sus diferentes órganos, y todos eran necesarios para el buen funcionamiento de la república. Dicha idea dejó de tener vigor a finales del XVII con la obra de Hobbes Leviatán que planteaba un nuevo sistema de entender el Estado.

Rincón literario: "El asno de oro (Asinus aureus)", de Apuleyo

Apuleyo es un autor del s.II nacido en la actual Túnez, la Numidia romana. De claro ingenio y sapiencia, seguramente magistrado y orador de oficio, acusado de magia mistérica, del que apenas sabemos estas cosas por lo que de sí propio dicta en su obra Apología, que no era sino un discurso defendiéndose ante tal acusación. Por lo demás el tiempo lo desgaja todo.



El asno de oro es la única novela que nos ha llegado de él, tanto ella como el Satiricón de Petronio, constituyen un género que los antiguos no sabían como denominar (recordemos que el término novela nace en Italia en el s. XVI, siendo El Quijote la primera gran novela moderna). Se les considera "historias milesias", es decir breves historias curiosas sin ningún tipo de condicionante moralizador (como en el caso de las fábulas) unidas por una historia común; pero que ningún lector hoy día dudaría en llamarlas novelas, al menos al Asno de oro, que conservamos entera.




El título es curioso, y es que la obra esconde muchas simbologías, pero primero vayamos al argumento. Lucio es un estudioso que quiere aprender magia, y para ello viaja a Tesalia, famosa tierra por sus encantamientos; al llegar se hospeda en casa de un rico e influyente ciudadano, cuya mujer tiene fama de hechicera. Tras conquistarse los favores de la criada, en el amplio sentido de la palabra; consigue asistir en secreto a una de las sesiones del ama, viéndola tras preparar un brebaje cómo se convierte en ave y sale volando por la ventana. Él entusiasmado exige a la sirvienta que le dé a probar tal brebaje, pero ella equivocándose de vasija le da uno equivocado, convirtiéndose el pobre Lucio en un burro. El antídoto está en comer rosas para volver a su forma humana, pero a esas horas de la noche no había a donde ir a por ellas. Aguarda paciente en la cuadra a ver amanecer el día, cuando entran unos ladrones y se lo llevan consigo. Bien, a partir de aquí las peripecias son múltiples. La obra está salteada de historias que personajes secundarios van narrando. Algunas narran torturas muy crueles, que recuerdan a las propias de la Inquisición, otras infidelidades muy graciosas que luego fueron vertidas en el Decameron por Boccaccio, etc. Al final recupera la forma humana gracias a la intervención de diosa Isis, y su devoción al culto mistérico isíaco le hacen iniciarse en él.



Esto último es muy curioso, y he aquí parte de la simbología que hoy se ha podido entender: el asno es el animal odioso por antonomasia en la religión egipcia de Isis y Osiris; el aureus, también puede traducirse como rojizo, color de mal agüero también para los egipcios, además de que los romanos pensaban que los cristianos adoraban una cabeza de asno. La transformación por los misterios de Isis, hacen perder esa odiosa imagen asnal, y recobrar la humana, todo un símbolo de alquimia espiritual. Que hoy día sería muy del gusto de los terapeutas jungianos.