sábado, 28 de junio de 2014

Rincón literario: "Don Juan Tenorio", de José Zorrilla

Rincón literario. Hoy: Don Juan Tenorio.
El siglo de oro español fue rico en la creación de arquetipos literarios, la alcahueta (Celestina), el pícaro (Lazarillo, Guzmán, don Pablos, etc.), el idealista (don Quijote) y el bizarro bravucón (don Juan Tenorio). 

Este controvertido personaje, reflejo de una época, es la lucha de un individuo por su libertad personal, desafiando con su conducta amoral a todo lo que está establecido: Dios, patria y convencionalismo social. Se ampara en los dos valores clásicos de la edad moderna: la valentía y un rasgo muy español, la astucia. Para él el fin justifica los medios, lo importante es salir airoso de todo trance y entuerto. Al final paga sus excesos de dos maneras bien distintas, según el desenlace de la obra.
El personaje nace en el s. XVI en la obra atribuida a Tirso de Molina, el Burlador de Sevilla. Su fama se hizo mundial, habiendo un don Juan de Molière y un don Giovanni para la ópera bufa italiana. Pero la más recordada por nosotros es la versión que hizo José Zorrilla en el s. XIX. Éste prolijo versificador dota al personaje con sus versos de una fuerza nueva y fascinadora, donde se ve la evolución del mismo, desde la altivez insolente de la juventud, a un tardío enamoramiento hacia doña Inés muy importante para el desenlace final.
Independientemente del mensaje moralizador que conlleva, el atractivo que hoy día tiene para mi gusto, es la fuerza con que cada personaje está caracterizado, sus rasgos bien perfilados y dibujados dan una idea muy cabal y colorista de cada uno.
La obra comienza con la apuesta que en su día hicieran don Juan Tenorio y don Luis Mejías, en donde ambos apuestan cual de los dos en un año llega a ser más calavera y con mejor fortuna. El diálogo en verso juega a favor de sus trances, no como en otras obras inferiores donde causa un dolor de cabeza insufrible. Y si un atractivo popular tiene, es comprender de dónde y en qué pasaje sucede aquello de "No es verdad ángel de amor...".
Ya en su día hubieron muchas obras ridiculizando el Tenorio, las hay para todos los gustos. No es la mejor obra de Zorrilla, pero sí la más recordada. Ocupa una parte central en la novela La Regenta de Clarín, y existe una versión anónima Don Juan Notorio, de humor muy ingenioso y subido de tono, más apta para un guión hentai que para una representación en las tablas.
Existen múltiples anécdotas:
"Es esta la hostelería del Laurel", cuya respuesta es: "En ella estáis". Un actor muy enojado por no cobrar, respondió. "No". Por lo que el bueno de don Gonzalo hubo de darse la vuelta, bajarse el telón y el escándalo fue de órdago.
"¿Dónde vais comendador?" le dice la madre abadesa a don Gonzalo "Señora, tras de mi honra que de aquí os roban", le contesta tras el rapto de doña Inés por don Juan del convento. El texto original decía "Imbécil", en lugar de "Señora", pero por decoro se cambió. Pues bien, hubo un actor muy puntilloso que quería ser fiel al texto original. Por lo que una vez dicho lo de "Imbécil, tras de mi honra...", a la siguiente actuación la abadesa dijo:
"¿Dónde vais comendador, Imbécil?" No pudiendo más que reclamar, "Tras de mi honra ..."

Por ser una obra muy conocida cualquier fallo o desliz es muy criticado, y puedo decir que una mala interpretación o escenificación de la misma (esto último pese a una magnífica interpretación) echa al traste la magia de la obra. En la escena final, si los muertos no parecen muertos, ni los fantasmas están logrados, más que encogimiento y congoja, puede provocar ira o risa. Según el humor del personal.

Y bueno como ya quedó notorio esto es lo que hoy os cuento de don Juan Tenorio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario